viernes, 8 de julio de 2011


He decidido escribirle a un compañero que llegó a mi vida hace 3 años aproximadamente, y llegó para quedarse. Me hubiese encantado tenerlo en mi vida desde mi infancia, y no es que me queje de mi niñez pero sé que él hubiese aportado muchísimas cosas a mi vida.


Ha sido capaz de hacerme reír cuando más lo necesito, es ese que me libera de todo el estrés a los 15 minutos de encontrarme con él, es transportarme a otro mundo. Lamentablemente no lo visito con la frecuencia que se merece, pero siempre le sigo los pasos.


Escribirle una carta sólo a él es imposible, pues hay una serie de personas involucradas para que yo pueda disfrutar de ese encuentro cada vez que lo visito. ¿Tienen idea de quién les hablo?- Estoy segura de que algunos si, otros no tanto; les confieso que les hablo de EL TEATRO, si EL TEATRO ese lugar maravilloso a donde voy a contemplar diferentes historias. Además incorpora muchos detalles de la vida real.


Como señala Augusto Boal, el ya fallecido dramaturgo, escritor y director de teatro brasileño: “El teatro forma parte de la vida y la cotidianidad pues, aunque de forma inconsciente, las relaciones humanas son estructuradas de manera teatral y todo lo que se hace en el escenario, lo hacemos siempre en nuestras vidas. Los buenos días, el café de la mañana, los amores tímidos, los grandes conflictos. Todo es teatro, por ello nosotros somos teatro”. Este es sin duda un sabio mensaje, y es que hasta mi vida es puro teatro, donde todos los días subo el telón y comienza una nueva función.


Este es el instante para declarar mi amor por esta rama del arte escénico, disfruto todo momento en cada una de sus acogedoras salas donde no he terminado de llorar cuando ya estoy riendo, muchas veces salgo de la función con un coctel de emociones.


Antes de despedirme quiero agradecerles a las personas que han hecho que mi amor por el teatro crezca todos los días:


A los productores, pues son ustedes los delegados de buscar el guión, para luego iniciar todo el proceso del montaje de la obra.


A los directores, que son los encargados de supervisar el montaje de la obra y de asegurar la calidad y realización del producto teatral.


A los actores, quienes son capaces de trasmitir todas las emociones de sus personajes.


Agradezco también al público asistente, pues en el teatro en particular, el espectador reviste una importancia fundamental no solo como destinatario de la representación sino también por la comunicación privilegiada que se establece entre él y el actor en escena.

Veo con preocupación que cada día sea más difícil nuestro encuentro, ya que han cerrado algunos lugares donde tú eras el REY, pero tranquilo se que esos espacios volverán a ser tuyos, por ahora celebremos los que aperturan y los que continúan.


Te devuelvo todo lo que me has dado con una palabra: ¡GRACIAS!


Por ahora llegó el momento de bajar el telón, me despido esperando nuestro próximo encuentro.


Angeles.